Uno de cada cuatro delitos de menores se resuelve con acuerdos extrajudiciales

Uno de cada cuatro delitos cometidos por menores en Valencia ya se resuelve con acuerdos extrajudiciales gracias a las mediaciones. El mecanismo de la mediación no se activa para delitos graves como agresiones sexuales o robos con una extremada violencia, pero sí para casos como el acoso escolar o algunos tipos de malos tratos. El equipo de mediación de la Fiscalía logra que en el 88% de los casos en los que es factible evitar el juicio víctimas y denunciados pacten.

El fin de la jurisdicción de menores es lograr la reeducación de los adolescentes que han cometido un delito. La Fiscalía de Menores de Valencia lo está consiguiendo con el programa de mediación. El equipo de mediación de la Fiscalía de Menores de Valencia está formado por una psicóloga, una trabajadora social y dos educadores sociales. María Luz Villanueva, la trabajadora social del equipo, explica que el objetivo es que las dos partes lleguen a un entendimiento, aunque «algunos perjudicados solo quieren castigo. Es una cuestión muy cultural». Un seis por ciento de las víctimas se niegan a colaborar.

La Fiscalía de Valencia abre cada año cerca de tres mil quinientos expedientes contra menores de entre 14 y 18 años que han cometido algún tipo de delito. La media de edad de los menores que delinquen es de quince años y medio, y una gran parte de ellos procede de familias estructuradas.

Mercedes Albiol, una de las dos educadoras sociales del equipo, apunta que «uno de los problemas de la mediación es que si no hay juez la gente cree que no tiene importancia su caso. Aquí la clave es que es voluntario. Si un asunto llega a juicio, el menor se tiene que someter a la vista. El resultado es muy satisfactorio porque es una reparación personal. Es algo que la víctima y el denunciado aceptan».

Lola Jara, la otra educadora social del grupo, añade que los menores tienen dos formas de pedir disculpas. «En unos casos propiciamos una conciliación, que es un encuentro cara a cara entre las dos partes. Cuando el perjudicado no comparece, el menor realiza una petición de perdón, que consiste en que escribe una carta de disculpas», aclara Lola Jara. Un treinta y cuatro por ciento de los expedientes se cierran con la simple petición de disculpas y otro treinta y cinco por ciento con el encuentro entre las dos partes. En el veinte por ciento de los casos restantes, el denunciado además de pedir perdón tienen que compensar económicamente a la víctima por los daños que le ha ocasionado.

La educadora social Mercedes Albiol incide en la importancia que tiene el programa de mediación para acabar con la reincidencia. «Yo llevo tres años trabajando en mediación. Nunca he visto a chavales que reincidan con el mismo perjudicado. Tampoco es normal que vuelvan a cometer el mismo tipo de delito».

Uno de los objetivos fundamentales de la mediación es que los menores empaticen con las víctimas y sean conscientes de que sus actos tienen consecuencias. Una medida que en ocasiones plantean los educadores es que los menores que han sido denunciados por robar ropa en grandes almacenes elijan voluntariamente de su armario varias prendas y las entreguen a una entidad solidaria.

Convenios sin desarrollar
El principal problema al que se enfrenta el equipo de mediación es la falta de recursos para que se puedan llevar adelante las medidas que se acuerdan en la mediación. Inmaculada Latorre, la psicóloga del grupo, indicó que «la Federación Valenciana de Municipios firmó un convenio con la Conselleria de Justicia para que los menores realicen trabajos para los ayuntamientos que no se ha desarrollado. Es necesario crear equipos de trabajo y que los ayuntamientos pongan medios para que se puedan reparar los daños que cometen los menores. Por ejemplo, hay chavales que pintan un grafiti en una valla y después no pueden repintarla porque necesitan un seguro del que nadie se hace cargo». La Generalitat también ha firmado un segundo convenio con la Universitat Politècnica de València, que tampoco se ha desarrollado, según Latorre.

El programa de mediación comenzó en Valencia en 1998 y en los últimos cinco años se han duplicado el número de acuerdos extrajudiciales. En el año 2006 el grupo trabajó en 403 mediaciones y en 2011 se alcanzaron 941 acuerdos.

La educadora social Lola Jara incidió en que una de las claves del proceso es la confidencialidad y el respeto a las áreas de intimidad de los menores. «Es muy importante la confidencialidad. Muchas veces son cosas que no saben ni los padres. Dejamos a la víctima y al denunciado solos para que aclaren sus diferencias. Les quitamos la presión del grupo y esto en menores es definitivo».

Con los estudiantes de la Primavera Valenciana la experiencia fue positiva
Los trabajadores del equipo de mediación trabajaron con algunos de los menores de la Primavera Valenciana que fueron denunciados por provocar daños. El equipo de mediación de la Fiscalía de Menores de Valencia considera que la experiencia fue positiva, aunque algunos menores se negaron a pedir perdón a los policías con los que se habían cruzado denuncias. La educadora social Lola Jara apuntó que los estudiantes de la Primavera Valenciana «hubo de todo. Muchos vinieron por causar daños. El problema es que estaba politizado. Fue necesario quitar la carga política». En los casos en los que no fue posible el acuerdo se llegó a juicio, pero los jueces fueron reacios a condenar a los menores.

RAMÓN FERRANDO | VALENCIA

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